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Te gustó la ciudad que gota a gota labró el agua en el centro de los pinos? ¿Viste sueños y rostros y caminos y muros de dolor que el aire azota? ¿Viste la grieta azul de luna rota que el Júcar moja de cristal y trinos? ¿Han besado tus dedos los espinos que coronan de amor piedra remota? ¿Te acordaste de mí cuando subías al silencio que sufre la serpiente, prisonera de grillos y de umbrías? ¿No viste por el aire transparante una dalia de penas y alegrías que te mandó mi corazón caliente? 

 

​Estas palabras pronunció Lorca tras su paso por la ciudad de Cuenca.

 

 

 

 

 

 

 

Y es que,de los rincones asobrosos que se esconden tras el desconocimiento de la belleza de esta gran provincia,destacan especialmente aquellos donde el agua hizo o hace mella con su caprichosa marcha.

Por esto, nos sentimos orgullosos de estar tan cerca del nacimiento del Rio Cuervo,un lugar tan particular como encantador,que culmina en una cascada tan espectacular como inverosimil.

Nacimiento

Cascada

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